Poner el cuerpo en la danza
Autoras: Camila Sciara, Renata Marioni y Julieta Matrella
Como cierre del proyecto de corporeidad, elegimos realizar nuestro registro fotográfico en un estudio de danza, creemos que es un espacio muy rico para analizar, ya que, se pone en juego la expresión y el arte a través del cuerpo.
Decidimos enfocarnos en dos de las disciplinas principales, la danza clásica y la danza contemporánea, aunque existe una gran variedad de estilos, en los mencionados podemos ver un gran contraste que sirve para encarnar los dos puntos de vista trabajados en clase: el cuerpo como objeto o el cuerpo como símbolo.
Por un lado, desde la perspectiva de la danza clásica el cuerpo se vuelve una herramienta que se debe cuidar, entrenar y exigir constantemente para llegar al modelo impuesto, tradicionalmente es necesario que todos los cuerpos luzcan iguales, se muevan iguales, que actúen expresando un sentimiento que no es propio sino una historia que ya está escrita, como por ejemplo los repertorios de Giselle, el Lago de los Cisnes, Don Quijote, etc. En esta disciplina el cuerpo que no se ajusta al estereotipo difícilmente llega a encontrar un lugar y padeciendo alguna dificultad motriz, menos. En consecuencia, a esto, podemos ver reflejada la crítica de Chul Han refiriéndose a la sociedad del rendimiento, la autoexplotación y el éxito, ya que una fuerte realidad es que gran parte de los bailarines clásicos sufren de trastornos alimenticios, depresión o ansiedad, e incluso terminan lesionando su cuerpo al exigirlo para alcanzar la “perfección”.
En cambio, la danza contemporánea se vuelve un espacio más abierto e inclusivo para la diversidad de cuerpos, en esta disciplina los estereotipos físicos se hacen a un lado para dar protagonismo al sentir, ya que un buen bailarín contemporáneo es aquel que expresa lo que lleva dentro con el movimiento y, aunque existe una técnica, lo principal es lograr dar lugar a las emociones y poder comunicar un mensaje al espectador, transmitiendo el sentimiento.
“si en contemporáneo no doy todo lo que mi cuerpo quiere expresar, no digo nada” (Valeria Potes, 2019 Muestra de Danza).
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